Aragón tiene más radios pirata que legales

Fuente: Heraldo

El problema viene de lejos pero el sector parece haber dicho basta. La Asociación Española de Radiodifusión Comercial (AERC) ha lanzado un claro mensaje al Gobierno: hay que poner coto a las emisoras piratas. La exigencia ha llegado de boca de su presidente, Javier González Ferrari quien, después de reunirse con la asamblea general de la asociación esta semana, aseguró que estas radios ilegales están causando “gravísimos problemas” para el sector.

Por ello solicitan al Ejecutivo de Mariano Rajoy que “de una vez por todas” se ponga manos a la obra para el cierre de este tipo de emisoras, que según sus cálculos alcanzan las 3.000 en todo el país, frente a las 2.100 legales. Una situación de la que no es ajena la comunidad aragonesa. El último registro oficial de concesiones de telecomunicaciones que controla el Ministerio de Industria refleja que en Aragón hay 70 licencias activadas para emitir en FM, mientras que un estudio realizado por la AERC fijaba el número de emisoras pirata en 73 emitiendo en alguna de las tres provincias. [...]

El fenómeno no es nuevo, de hecho, está más que consolidado desde que en España comenzaran a surgir las primeras radios pirata o radios libres en los años 70 y 80. Desde entonces, su estímulo sigue siendo el de ofrecer un canal de comunicación como “respuesta al monopolio de la información”, según explican sus protagonistas.

Son, en realidad, intentos de creación de canales y herramientas populares, para “conectar con la gente sin sesgos ni condicionantes” políticos, económicos... De ahí que en los últimos años, si bien no se ha notado un boom en el número de emisoras, sí se ha incrementado la atención que prestan los oyentes, muchos de ellos afectados por los rigores de la crisis económica, que quieren escuchar a personas con sus mismos problemas.

Su forma de organización es heterogénea, pero en lo básico coinciden. Un grupo de personas con inquietudes que se pone de acuerdo en crear una emisora, siempre mediante el modelo de autogestión. Los ingresos llegan, pues, vía cuotas, aportaciones o recaudación en actividades lúdicas como conciertos o mercadillos.

Nadie lo hace para vivir de ello, y “las puertas están abiertas para todo el mundo”, por lo que el perfil de sus actores -aunque predominan los jóvenes- es de lo más variado.

 Además, queda la duda de su efectividad, dada la facilidad con que se puede reabrir una radio de estas características en cualquier momento y en cualquier lugar con una mínima inversión.

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